Les debo confesar que de las casas que más me gustan es hacer mis cosas, sé que no es nuevo que exprese esto, pero en realidad me hace muy feliz hacer las cosas que me gustan y de la manera que creo que son. Tengo muchas ideas en la cabeza y a veces por más de que tenga una visión, ésta termina cambiando casi siempre; y no me molesta porque creo que de eso se trata la vida, de retos y cambios.
Esta bolsa no fue la excepción, al principio tenía una idea muy clara de cómo iba a ser pero cambió mientras la estaba haciendo. Creo que el resultado fue aun mejor a como lo había imaginado. Y es que me encantó. Lo que más me gusta de esta bolsa es que es muy higiénica, se lava con un trapito mojado, o con un algodón mojado en alcohol y vuelve a quedar como nueva. Además que es muy fotogénica - algo que a mi me encanta porque ya saben que amo las fotos -.
Hablando de fotos, ¿No les encanta el fondo de estas fotos?. Yo estoy fascinada. Es un barrio acá en Bogotá, llamado Los Alcazares, donde la mayoría de casas siguen guardando su fachada y estilo de su construcción de los años 40. Aunque este barrio ya no sea lo que fue en su momento, me gusta porque se guardan ciertas joyas en su interior. Y es que en su principio, se escogieron insumos de muy buena calidad para que duraran.
Para empezar a hablar de estas construcciones de vivienda, me encanta el poder encontrar estas rejas y puertas de colores, que hacen juego con el ladrillo o concreto. Y verán, en las dos fachadas, aunque modificadas están, se sigue viendo que el tiempo no pasa, sus habitantes se preocupan y se esmeran por que se vean bien. Es algo que se ha venido perdiendo acá en Bogotá, por la construcción de edificios, donde en realidad es la administración la que se hace cargo de la estética exterior de los edificios. No entiendo todavía lo que es vivir en apartamento, por eso no hablo mucho de eso, porque yo todavía vivo en casa, donde nos preocupamos por tener los jardines perfectos y la puerta que da al exterior pintada. Son bobadas, pero definitivamente le da un poco la esencia de quien vive allí; es un reflejo de cada habitante. Y es que no puedo dejar de pensar en estas fachadas, porque me tienen loca.
Sé, que me desvié un poco del tema de la bolsa, pero me encanta comentarles todo lo que se me viene a la cabeza. Me encantaría saber qué les parecen las fotos y estas fachadas; también si en donde viven todavía hay barrios dónde se preserva esa historia.
CAROLINA LLANO
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